Braquiterapia para el cáncer de útero
La braquiterapia es una forma de tratamiento que utiliza una fuente de radiación muy pequeña que se administra directamente en la zona objetivo. En el caso de las mujeres que padecen cáncer de útero, se suele utilizar después de que la mujer se haya sometido a una cirugía para extirpar el útero (histerectomía).
El objetivo de la braquiterapia en esta situación es reducir el riesgo de recidiva, por ejemplo, en la parte superior de la vagina, conocida como «cúpula vaginal».
La braquiterapia es eficaz para reducir el riesgo de recidiva del cáncer con un bajo riesgo de efectos secundarios.
Algunas pacientes pueden necesitar otra forma de radioterapia conocida como «radioterapia de haz externo», que puede utilizarse con o sin quimioterapia y cirugía. Para obtener más información sobre la radioterapia de haz externo para el cáncer de útero, consulte la hoja informativa sobre el cáncer de útero.
Cuando la cirugía no es posible en absoluto, la radioterapia puede utilizarse como tratamiento «principal» para el cáncer de útero. La radioterapia primaria para el cáncer de útero incluye tanto la radioterapia de haz externo como la braquiterapia, siempre que sea posible.
La mayoría de los centros de Australia utilizan la braquiterapia de «alta tasa de dosis», que administra el tratamiento en un periodo de tiempo muy corto (minutos).
En cambio, la braquiterapia de «baja tasa de dosis» administra el tratamiento durante un periodo de tiempo más largo, normalmente varios días. Esto requiere el ingreso en el hospital y el aislamiento mientras se administra el tratamiento.
Tanto la braquiterapia de «alta dosis» como la de «baja dosis» son igualmente eficaces en el tratamiento del cáncer de útero. El hecho de que un tratamiento sea de alta tasa de dosis o de baja tasa de dosis depende de la fuente radiactiva que se utilice.
El número de tratamientos de braquiterapia puede variar según la institución y la técnica que utilicen. Por favor, hable con su oncólogo sobre el número de tratamientos que va a recibir.
¿Cuál es el procedimiento para el tratamiento?
Braquiterapia de bóveda vaginal
El tratamiento suele comenzar entre 4 y 6 semanas después de la cirugía, cuando la zona ha cicatrizado. El tratamiento es relativamente sencillo y no requiere anestesia. Se introduce un tubo o aplicador de plástico en la vagina mientras la paciente está tumbada en una camilla de tratamiento. El tubo o aplicador se fija en su posición para garantizar que no se mueva. El personal comprobará que usted está cómoda.
A continuación se muestra un ejemplo de cómo puede ser un aplicador. Tenga en cuenta que hay muchos tipos diferentes de aplicadores disponibles y que cada institución tendrá su propio tipo.
El aplicador se sujeta con cables a un contenedor blindado donde se guarda la fuente de radiación cuando no se utiliza. El personal de tratamiento saldrá de la sala mientras se administra la radioterapia. Se pide al paciente que permanezca inmóvil durante el procedimiento. Durante el tratamiento, la fuente radiactiva sale del contenedor blindado, viaja hasta el tubo/aplicador en el paciente para administrar el tratamiento antes de volver al contenedor blindado.
Cuando la máquina está encendida, el paciente puede oír el cable y la fuente moviéndose, pero el tratamiento en sí no es doloroso y no verá ni sentirá nada.
Hay una cámara y un micrófono en la sala de tratamiento, para la comunicación entre el personal de tratamiento y el paciente si es necesario. También puede gritar o agitar las manos, y el personal detendrá el tratamiento y volverá a la sala para atenderle.
Una vez finalizado el tratamiento, se retira el aplicador y podrá irse a casa. Todo el procedimiento suele durar unos 20 minutos.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios de la radioterapia pueden dividirse en aquellos que son agudos/tempranos y algunos efectos tardíos/largos.
Potenciales efectos secundarios tempranos – Braquiterapia de la bóveda vaginal
Durante y poco después del tratamiento
La braquiterapia de la bóveda vaginal es bien tolerada por la mayoría de los pacientes. Algunos efectos secundarios que las personas pueden experimentar incluyen:
- Medio malestar con la inserción del aplicador
- Algunas manchas de sangre o flujo después del procedimiento, que normalmente se resuelven bastante rápido
- Irritación urinaria – ir al baño con más frecuencia, posiblemente algo de escozor o ardor durante unas semanas
- Fatiga – esto es poco común
- Molestias musculares transitorias al tumbarse en un sofá firme en la posición de tratamiento, especialmente en el caso de personas con antecedentes de dolor crónico de espalda y cadera
- Irritación de la superficie vaginal experimentada como una molestia leve asociada a un flujo. Suele ser leve, pero si experimenta un dolor intenso y una secreción de gran volumen, consulte a su médico.
- Potenciales efectos secundarios a largo plazo
- Las complicaciones graves a largo plazo son poco frecuentes
- Puede producirse una fibrosis leve de la parte superior de la vagina. Esto puede experimentarse como una vagina seca, estrechada y acortada con molestias durante las relaciones sexuales o un pequeño sangrado vaginal. Es posible que le den un dilatador vaginal e instrucciones sobre su uso para reducir el riesgo de que esto ocurra.
- Ulcera crónica de la vagina – muy poco frecuente
- Los problemas a largo plazo con el intestino y la vejiga a causa de la braquiterapia por sí sola son muy raros.
Radioterapia primaria para el cáncer de útero
En los casos en los que la paciente no puede ser operada, el tratamiento incluye tanto la braquiterapia como la radioterapia de haz externo. La radioterapia de haz externo (tratamiento administrado desde el exterior del cuerpo) se utiliza para tratar una zona objetivo más amplia: el cáncer de útero y las posibles zonas de propagación del cáncer, como los ganglios linfáticos.
A continuación, se puede aplicar la braquiterapia, que permite administrar una dosis elevada de radiación al tumor, con lo que los órganos normales situados cerca, como el intestino, la vejiga y el recto, reciben una dosis mucho menor. Esto aumenta las posibilidades de control, al tiempo que reduce los riesgos de lesión de los tejidos normales.
En el procedimiento participa un equipo de braquiterapia especializado. Puede estar formado por un oncólogo radioterápico, un cirujano, un radioterapeuta especializado en braquiterapia, un físico médico, un radiólogo y un anestesista. La preparación para el procedimiento implica un examen clínico, análisis de sangre y puede incluir imágenes con una resonancia magnética.
Una dieta «baja en residuos» puede ser recomendada unos días antes del procedimiento. A veces se prescribe un enema de microlaxitud el día o la noche anterior a cada tratamiento de braquiterapia para asegurarse de que el intestino inferior (recto) está vacío. Como el procedimiento suele realizarse bajo anestesia general, el paciente deberá estar en ayunas 6 horas antes del procedimiento. A veces se administra un anestésico mediante una inyección en la espalda (espinal o epidural). Se administra para bloquear el dolor en la parte inferior del cuerpo.
La intervención suele realizarse en una sala específica o en un quirófano. Suele durar entre 20 y 30 minutos. Consiste en insertar una sonda urinaria en la vejiga, dilatar el cuello uterino y colocar tubos huecos en el útero y el tumor («aplicadores»). A veces se utilizan agujas huecas. Normalmente se utiliza una ecografía para guiar la colocación de los aplicadores en el útero.
Se puede tomar una radiografía para comprobar la posición de los aplicadores/agujas. La posición de los aplicadores se asegura con un material como una gasa de vaselina colocada en la vagina y, a veces, se utilizan puntos de sutura en la zona para evitar que los aplicadores se muevan. Tras la colocación de los aplicadores se comprobará su posición antes de iniciar el tratamiento.
En algunos centros se despierta a la paciente tras la colocación de los aplicadores. Una vez recuperado de la anestesia, el paciente se somete a una exploración (TAC o RMN). Las imágenes del escáner se utilizan para calcular (planificar) el tratamiento, de modo que la dosis se adapte con precisión al tumor y a las estructuras corporales de cada paciente.
Los cálculos se realizan mediante ordenadores y programas específicos que calculan con precisión las dosis administradas al tumor y a los tejidos normales. Una vez completados y comprobados estos cálculos, se lleva al paciente a la sala de tratamiento.
Otros centros pueden combinar la planificación de la administración del tratamiento mientras el paciente está anestesiado. Se requieren las mismas comprobaciones descritas anteriormente para garantizar que la radiación se administra de forma segura y precisa.
Cuando no se utiliza, la fuente radiactiva se aloja en un contenedor blindado. Cuando el paciente está listo para ser tratado, la fuente radiactiva se programa para pasar del contenedor blindado mediante cables a los aplicadores y/o agujas para administrar el tratamiento. El tratamiento suele durar unos 20 minutos utilizando braquiterapia de alta tasa de dosis.
Cuando se completa el tratamiento, la fuente radiactiva se programa para volver al contenedor blindado. La paciente no sentirá la administración del tratamiento.
Resultados de la braquiterapia
La braquiterapia de cúpula vaginal es eficaz para reducir el riesgo de recidiva en la cúpula vaginal, con bajos riesgos de efectos secundarios.
Los estudios muestran que el riesgo de recidiva en la cúpula vaginal se reduce de aproximadamente el 15 % al 1-2 % mediante la braquiterapia. En la radioterapia primaria para el cáncer de útero, el uso de la braquiterapia además de la radioterapia de haz externo permite administrar una dosis más alta de radioterapia a la zona objetivo.
Esto aumenta las posibilidades de control del tumor con relativamente pocos efectos secundarios.
Página actualizada por última vez: 10/09/20