La postura opistótica de los esqueletos de vertebrados: ¿contracción postmortem o agonía?
Una postura extrema, dorsalmente hiperextendida de la columna vertebral (opistótono), caracterizada por el cráneo y el cuello recurvados sobre la espalda, y con una fuerte extensión de la cola, se observa en muchos esqueletos de amniotas bien conservados y articulados (aves y otros dinosaurios, pterosaurios y, al menos, mamíferos placentarios). El transporte de agua postmortem puede explicar algunos casos de curvatura de la columna vertebral en tetrápodos fósiles, pero mostramos cómo se pueden distinguir de las causas de la postura opistótica, que es un síndrome biótico. Las explicaciones bióticas tradicionales implican casi todas causas postmortem, y han incluido el rigor mortis, la desecación y la contracción de tendones y ligamentos. Sin embargo, el examen del proceso de rigor mortis y las observaciones experimentales de la desecación y la salinidad en los cadáveres de animales existentes muestran que estas explicaciones de la postura del «pájaro muerto» (opistótono) explican pocos casos o ninguno. La contracción diferencial de los ligamentos cervicales tras la muerte tampoco produce la postura opistótica. No es la contracción postmortem, sino los espasmos musculares perimortem resultantes de diversas afecciones del sistema nervioso central los que provocan estas posturas extremas. Es decir, la postura opistótica es el resultado de la «agonía», no de procesos postmortem, y los individuos así afligidos asumieron la postura antes de la muerte, no después. La literatura clínica reconoce desde hace tiempo que estos individuos afligidos perecen por asfixia, falta de alimentación o nutrientes esenciales, toxinas ambientales o infecciones virales, entre otras causas. Aceptar que las causas reales de la postura opistótica son perimortem y no postmortem proporciona información sobre las causas de la muerte de los especímenes fosilizados, y también revisa las interpretaciones de las condiciones paleoambientales de muchos yacimientos fósiles. La postura opistótica nos dice más sobre las circunstancias que rodearon la muerte que sobre lo que ocurrió después de ella. Por último, la postura opistótica parece tener una señal filogenética: hasta ahora se ha descrito exclusivamente en los arcosaurios ornitodiros (dinosaurios y pterosaurios) y en los placentarios del grupo de la corona, aunque la distribución en los mamíferos puede ampliarse con más estudios. Parece importante que la postura opistótica se haya observado ampliamente sólo en clados de animales que se sabe o se cree que tienen altas tasas metabólicas basales: la hipoxia y las enfermedades relacionadas tendrían más probabilidades de afectar a los animales con altas tasas de uso de oxígeno.