Want to Succeed in Life, You Need to Make Good Decisions

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Life is the sum of all your choices — Albert Camus

There was an old man, sitting out the front of an electronics shop. I stood there debating the features of a sound system with the shop assistant, and the old man, who overheard our conversation offered this advice.

‘What are you really buying this for?’, he asked. ‘I want to enjoy my movies, and be able to play music from my phone’, I respond. ‘Which systems do that?’, he asked, ‘well, all of them’, I said. He smirked and said, ‘if you know what you want, you need to prioritise the systems against what is important to you, and the decision can be made’. Me di cuenta de que si todos ellos hacían lo que yo quería, en realidad quería el mejor valor y la mayor calidad de audio. Así que investigué y tomé la decisión.

Mark Twain identificó la dicotomía de la toma de decisiones de la siguiente manera: «Las buenas decisiones provienen de la experiencia, pero la experiencia proviene de tomar malas decisiones»

Como ejemplo, aquí están los cinco pasos que puedes usar para tomar una buena decisión, son un proceso de toma de decisiones y, en esencia, lo que usé para comprar el sistema de sonido;

  1. Identificar el propósito de la decisión. ¿Qué intenta conseguir con esta decisión y hacia qué objetivo se dirige?
  2. Reúna información sobre sus opciones y delimite el espacio del problema. ¿Cuáles son los posibles caminos a seguir? Evalúe sus alternativas, ¿qué está fuera de la mesa?
  3. Sopese la evidencia y considere las consecuencias de cada camino a seguir.
  4. Tome su decisión y actúe en la dirección de esa decisión.
  5. Compruebe y evalúe su decisión.
  6. Este proceso ofrece comodidad a las personas que prefieren la guía del proceso y la estructura de la reunión de sus datos y la revisión de sus opciones. Pero, hay algunas áreas en las que este proceso se ve comprometido. Se trata de los sesgos cognitivos de los que a menudo no somos conscientes.

    Al reunir información sobre las opciones, los responsables de la toma de decisiones suelen recurrir a fuentes que apoyan sus preferencias subconscientes. Por ejemplo, al comprar un sistema de sonido, quería una buena relación calidad-precio. Así que busqué los sistemas en oferta.

    El vendedor me dijo, ‘de todos los sistemas en venta, éste es el mejor valor’, señalando uno de los sistemas. Luego pasó a describirme por qué era así, pero al anclar mi punto de partida ahí, cuando pregunté por las características de otros sistemas, inconscientemente lo estaba comparando con ese. Clasifico los datos para apoyar el hecho de que ese era el mejor valor.

    Estos sesgos son difíciles de identificar, y como tal hay que buscar opiniones diferentes. Cuestionar tus motivaciones, y revisar tus criterios de decisión.

    Si esta forma de tomar decisiones te parece demasiado estructurada, o que no hay tiempo suficiente para seguir siempre un proceso de decisiones. Hay otra manera.