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Puede que las algas no sean su primera (o incluso segunda) opción como aperitivo, plato principal o tentempié, pero en algunas partes del mundo, las algas son parte habitual de la dieta. En Escandinavia, las algas se añaden a sopas y ensaladas. Forma parte de la cocina tradicional de Gales y otras partes de Gran Bretaña, así como del Caribe. En China, Japón, Corea del Sur y otros países asiáticos se consumen desde hace mucho tiempo las algas, ya sea envueltas en el sushi, utilizadas para hacer un caldo de sopa o consumidas con vinagre como entrante.

Hay miles de tipos de algas (también denominadas por los científicos como macroalgas, y comúnmente llamadas verduras marinas), pero sólo unas pocas docenas se consumen habitualmente. Y aunque las algas todavía no son un elemento básico de la dieta estadounidense, se las llama la «nueva col rizada»: se utilizan como aderezo en los sándwiches, como condimento, formando fideos, tostadas como patatas fritas, añadidas a los batidos y a los productos horneados, e incluso como un nuevo aderezo y marinado para ensaladas disponible en el mercado. Muchos restaurantes de primera categoría de todo el mundo incluyen ahora las algas como ingrediente de sus platos.

Los tipos de algas más consumidos son el wakame y el kombu, dos tipos de algas marrones; y el nori y el dulse, ambos algas rojas. La Q & A continuación se ofrece una visión de las ventajas y desventajas nutricionales de las algas.

1. ¿Las algas tienen beneficios para la salud?

Puede ser, y desde hace mucho tiempo se utilizan como remedio para una variedad de dolencias. El papel potencial de las algas en la salud se remonta al Papiro de Ebers del año 1500 a.C., que las citaba como remedio para los tumores. La medicina tradicional china confiaba en las algas como tratamiento para todo tipo de enfermedades, desde el bocio hasta las infecciones del tracto urinario. En la actualidad, muchos estudios con animales y de laboratorio apuntan a los prometedores beneficios potenciales de las algas para la salud. Por ejemplo, los estudios de laboratorio han descubierto que los fucoidanos, un polisacárido presente en las algas, tienen actividad antiviral y pueden inducir la muerte celular en células humanas de cáncer de colon; los estudios en humanos han sugerido que disminuyen la tasa de absorción de azúcar después de comer.

Además, un pequeño estudio de mujeres posmenopáusicas en el Journal of Applied Phycology descubrió que el consumo de algas en forma de cápsulas estaba relacionado con la reducción de los niveles de una molécula implicada en la señalización de las células cancerosas. Los autores postularon que esto podría ayudar a explicar las menores tasas de cáncer de mama entre las mujeres japonesas que consumen muchas algas. Y un estudio de casos y controles publicado en 2010 en el British Journal of Nutrition relacionó el consumo elevado de algas con un menor riesgo de cáncer de mama entre las mujeres de Corea del Sur.

Las algas también pueden contener sustancias químicas que benefician los niveles de colesterol y pueden tener propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Dada la gran cantidad de nutrientes y fitoquímicos que se encuentran en las algas, un artículo de revisión publicado en 2015 en Phycologia concluyó que los fabricantes deberían hacer un mayor uso de las algas en los productos alimenticios como forma de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

2. ¿Qué nutrientes contienen las algas?